La madera que usa el carpintero
está en el árbol casi en las mismas condiciones, solo contienen más humedad y
algunos aceites y resinas. De esta manera trabajamos con un material
ciertamente vivo. Esta es una de las razones del encantamiento que nos provoca.
Otras son la nobleza de su resistencia, belleza, utilidad y versatilidad.
La idea de crear una escuela de carpintería
nació de la observación durante años que los buenos “carpinteros” hay ido
desapareciendo sus técnicas se han ido perdiendo y la vorágine de modernos materiales
compuestos, formados principalmente con descartes de madera, han ido copando el
uso de la madera en estado natural. Ciertamente también hubo un incremento del costo
debido a fletes e intermediarios, en algunos casos, inescrupulosos.
Ni hablar de las escasas o flojas políticas actuales de
reforestación y utilización del recurso maderero. Recurso que indudablemente es
renovable.
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